“Ser padre de un adolescente y no morir en el intento…” Entrevista de la periodista Mercedes Marti

.Cómo acompañar a nuestros hijos en el momento clave de elegir carrera y universidad, sin ser demasiado entrometidos, pero formando parte de la correcta decisión que va a influir en su futuro?

“… acompañar”… Me parece el mejor lugar desde el cual hacerlo! Y el mejor acompañamiento es ayudarlo a que pueda conectarse con lo que quiere; con lo que le gusta…

Muchas veces tomamos decisiones desde lo que NO queremos; y si bien nos permite movernos desde donde estamos; lo más asertivo será ayudarlo a que descubra lo que SÍ quiere, que explore lo que gusta, sus talentos y pasiones.

Cuando en los Talleres con Adolescentes, trabajamos la Autoestima y Confianza, suelo realizar dinámicas para que descubran estas cosas… y observo una dificultad importante para encontrarlas…

Quizá, y lo digo por experiencia en la educación y como mamá también; como adultos estamos más acostumbrados a “mostrar” lo que falta, los errores, etc y esta etapa es una  excelente oportunidad para “mostrarle” todo lo que hace bien, sus pequeños y grandes logros.

Esto ayudará en la construcción de  autoconfianza, autoestima y motivación, 

y “estar parados” en ese lugar, les permitirá tomar mejores decisiones en la vida.

.Cómo no proyectar los deseos del padre y dejar que el hijo adolescente estudie lo que realmente le interesa aunque esta carrera no sea lo que le convenga?

Así como cuando nuestros hijos comenzaron a dar sus primeros pasos y nosotros los mirábamos cerca por si se caían… les dimos el espacio necesario para aprender a caminar; aún con nuestros miedos a que se lastimen, nuestras expectativas de que caminen rápido, etc…

En esta etapa de búsqueda de una carrera, es algo parecido; por supuesto que tenemos deseos para ellos, miedos y preocupaciones sobre su futuro! Es totalmente comprensible e inevitable. Lo que sí podemos evitar es transferir nuestros miedos, expectativas, mandatos…

Cómo podemos hacerlo? Primero reconociendo en nosotros, como papás, qué nos preocupa; qué tememos? Es una preocupación real? Qué deseamos para la vida de nuestros hijos? Cómo podemos ayudarlos en su elección? Qué necesita de nosotros en este momento?… Podríamos preguntárselo a nuestros hijos!!

También estar disponibles, desde el lugar que ellos nos necesitan y no desde el lugar que nosotros creemos que es el mejor.

Y siempre confiar en sus capacidades y recursos; porque nuestra confianza lo va a ayudar a tener también confianza en sí mismo. Fundamental para esta etapa tan importante.

.Qué hacer cuando un hijo no quiere estudiar y solo trabajar?

Tu pregunta me dispara algunas reflexiones que comparto para que nos ayuden a repensar esta situación:

Qué Juicios, opiniones, creencias  le están impidiendo seguir estudiando?

Cómo fueron sus experiencias de aprendizaje? 

Qué expectativas propias y nuestras están en juego en esta decisión?

Las experiencias de aprendizaje condicionan el deseo de seguir estudiando: si nuestro hijo aprendió desde el temor (a un docente, a los papás, a fracasar, etc) seguramente va a evitar exponerse a estas situaciones en el futuro.

Mientras que si las experiencias de aprendizaje tuvieron que ver con la alegría, la diversión, el reconocimiento…. seguramente tendrá el deseo de seguir estudiando.

Esto nos ayuda a entender desde qué lugar está tomando la decisión de no seguir estudiando… y a partir de esto qué podemos hacer como papás?

Desde el Coaching lo que hacemos en estas situaciones es ayudarlo a recuperar los recursos que hoy necesita; que seguramente los tiene y los utilizó en otros momentos o en otras áreas de su vida; por ejemplo cuando aprendió un deporte nuevo; o algún hobbie que desarrolla y disfruta mucho…

Como papás podemos ayudarlo a conectar el aprendizaje con el disfrute, los logros, la perseverancia, la satisfacción!

También, entender cómo funciona el cerebro de un adolescente ayuda a comprender desde qué lugar hace sus elecciones y su comportamiento; y desde ahí acompañarlo.

En la Adolescencia, el circuito de la recompensa está hiperactivo; esto hace que el Adolescente priorice lo que le da placer hoy, el corto plazo a expensas de lo que puede obtener en un futuro muy lejano para ellos.

Es por este motivo que toman diferentes decisiones sobre su presente y futuro cercano; como por ejemplo trabajar y tener sus propios ingresos, ya que encuentra dificultades para imaginarse en un futuro laboral, luego de una carrera de estudio.

Entonces como adultos, podemos mostrarles y ayudarlos a que encuentren ellos los  beneficios que pueden obtener al estudiar (las recompensas);  ayudarlos a que se conecten con sus deseos y sueños futuros, es una gran orientación que podemos ofrecer a estos adolescentes.

.Cómo podemos mejorar la comunicación con nuestros hijos adolescentes?

¿Cuántas veces dijimos algo y nunca fue escuchado por nuestro hijo? O por el contrario, escucharon algo que nosotros nunca dijimos!!

Esto sucede porque la escucha tiene mucho de interpretación; es más que oir; tiene que ver con “escuchar” con todo nuestro ser, nuestra particularidad y percepción.

Podemos partir de una premisa, que no siempre la tenemos presente: “el hablar no garantiza el escuchar”, esto pasa en la comunicación todos los días, en todos los ámbitos.

Esto sucede porque escuchar y hablar son dos procesos diferentes; y la brecha de sentidos e interpretación que los separa es inevitable. La buena noticia es que podemos hacer algo para acortar esta brecha: podemos realizar diferentes acciones como chequear la escucha de nuestros hijos  y la nuestra. También podemos compartir con ellos para qué le estoy diciendo lo que le estoy diciendo…

es compartir sentido…

Y no solo participa el lenguaje verbal que es lo que estamos diciéndole; también y en un porcentaje muchísimo mayor, participa el lenguaje no verbal (lo que dice mi cuerpo cuando le estoy hablando) y el lenguaje paraverbal (mi tono de voz, mi respiración, la velocidad como estoy habléndole) influyen de manera significativa en nuestra comunicación y su escucha.

En general cuando hablamos con nuestros hijos, no prestamos atención a todos estos elementos. Y muchas veces nuestros hijos observan incoherencia entre lo que estamos diciéndoles y la forma cómo lo decimos. Esto genera “ruido” y malas interpretaciones.

.Cómo podemos hacer que nos escuchen?

Primero sería fantástico observarnos cómo nosotros los escuchamos a ellos, qué modelo estamos siendo?

Es interesante entender que la escucha es un proceso de apertura para la comprensión y el entendimiento; tan necesarios en todos los vínculos; y sobre todo con nuestros hijos.

Hay dos elementos fundamentales que pueden ser facilitadores u obstáculos para lograr esta apertura en nosotros y nuestros hijos:

en principio el clima emocional en el que inicio la conversación y el segundo es el motivo de la conversación, para qué deseo conversar con mi hijo, qué quiero que suceda en nuestra conversación?

Entonces es importante, antes de tener una conversación, chequear cómo estamos, cuál es mi emocionalidad y también la de mi hijo. Desde la ira o la desesperación no es posible generar un  buen clima emocional para conversar.

Podemos regular nuestras emociones, a partir de ejercicios de respiración por ejemplo; o encontrar un espacio físico que nos ayude a conectarnos con emociones positivas; tenemos y podemos crear un contexto emocional beneficioso para las conversaciones que queremos mantener con ellos.

Y como segundo elemento tener presente en todo momento el para qué quiero tener esta conversación; este motivo será el faro que guíe nuestra charla.

Podemos compartir con nuestro hijo cuál es nuestra inquietud, qué es lo que nos mueve a tener esta conversación; y poder mostrarle cuán importante es también para él esa conversación, para despertar su interés y captar su atención.

Compartir un trasfondo de intereses, es un gran paso para generar la escucha tan deseada! Si nuestro hijo percibe que es importante para él lo que vamos a decir, se abrirá a la escucha y por supuesto demostrarle que para nosotros también es importante escucharlo.

Entonces, el contexto emocional y las inquietudes compartidas serán las dos llaves a esta apertura en nuestra escucha y la de nuestros hijos.

.Y la tecnología qué papel juega en la comunicación con ellos?

La dependencia a la tecnología es un gran distractor en la comunicación; la dependencia a estar conectados al celular o cualquier dispositivo; nos hace dejar de estar presentes en el aquí y ahora.

Lamentablemente la evidencia científica nos muestra un retraso en el desarrollo del Lóbulo Prefrontal; que es el área del cerebro que nos permite realizar funciones ejecutivas altas como el análisis, la toma de decisión y autorregulación de la conducta por ejemplo.

Como dije, se estima que el desarrollo de esta área se retrasa hasta los 24 años; y esto se debe a las consecuencias directas del uso de la tecnología: menor actividad física y menor interacción social; ambos fundamentales en el desarrollo de los Adolescentes.

A pesar de todo esto, nuestros hijos habitan el mundo digital como nativos; y si queremos conectarnos con ellos tenemos que llegar a su mundo.

Una buena estrategia es poner límites al uso de la tecnología en nuestro hogar; ya sea designar espacios en la casa u horarios sin tecnología.

Acordar con ellos es importante para que exista un compromiso y genere responsabilidad en el uso de la tecnología.

Y por supuesto, los adultos somos modelos; por lo que también nosotros debemos respetar los horarios y los espacios sin tecnología.

Para terminar quiero recordar que somos referentes, modelos importantes para nuestros hijos; aún en esta etapa en donde sentimos que pasamos de ser los súper héroes a ser sus archi enemigos…

Nuestros hijos nos siguen mirando y nos necesitan cerca; acompañándolos, apoyándolos y mostrándoles con el ejemplo, más allá de todos los discursos que les podemos dar… Escuchándolos más allá de sus palabras, regulando nuestras emociones para generar espacios de comunicación; dejando a un lado la tecnología para estar presentes con y para ellos, reforzando su confianza y autoestima…

Estando disponibles y siendo incondicionales para ellos es el mejor acompañamiento en esta etapa de “estar siendo adolescentes”.

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